sábado, 23 de mayo de 2009

[ agua tónica ] (Joaquín Sebastián)

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nada va a cambiar
excepto yo mismo

Henry Miller






en el libro que me prestaste
escribí 
algo escondido entre sus páginas
para que lo leas alguna vez

sobre ese cielo caliente 
duerme 
la imaginación

se parece a una sábana 
completamente mojada 
peleando 
por no ceder ante la ley de gravedad

la última jornada de esfuerzo
para unos caballos sudorosos 
esperando la hora del juicio 
en un campo nevado


el viento siempre sopla y brillan las estrellas
y hay coches
y bares
y camareros

y todo está corrompido, envilecido y estancado



dar el paso fatal
al arrojar todo a los perros
es en si 
una emancipación

porque cualquiera de nosotros
se mueve sin pies algunas horas al día
cuando tiene los ojos cerrados
y el cuerpo tendido

entonces mirar allí dentro
es como mirar 
hacia a un espejo oscuro
donde no hay entendimiento final


te levantás de la cama 
sólo para tomar agua tónica
tus labios 
son siempre más rojos que los míos

en las calles se pueden ver 
muchos árboles cortados 
porque sus ramas al extenderse tanto
eran un elemento
para penetrar en los balcones

el devenir violento de la realidad


la madera todavía verde 
espera en vano
arrojada sobre la vereda

la memoria muscular transpira 
de nuevo en nuestra habitación 

y toda esa energía que perdemos
acaso sirva para encontrar 
el lugar exacto

de un lunar sobre la espalda